viernes, 17 de octubre de 2008

Maldición de Malinche

Tal vez no sepan, pero estudio contaduría. Este semestre estoy llevando una materia del área de humanidades, Psicología del Mexicano. Esta materia me ha hecho reflexionar como nunca, tengo un maestro que es excelente (Guillermo), que cada clase nos abre los ojos más y más y nos sensibiliza acerca de lo que es ser Mexicano.
La clase pasada nos llevaron a una Canadiense (Jonhy) e hicimos un ejercicio muy interesante con ella. El maestro y alguno de mis compañeros le hicieron preguntas acerca de como ve a México en varios aspectos específicos. Alguna de las críticas que nos hizo fueron:
  • La impuntualidad (mi clase es a la 1 y empezamos como a la 1:40), dice que ella siempre llega corriendo por temor a llegar tarde y se desilusiona mucho cuando se da cuenta que todos los demás llegan media hora después
  • Las aceras pequeñas, mi maestro comentaba que en Argentina las aceras miden unos 7 metros, aquí en Mérida, apenas si llegan a 1. Esta chava comentó que era muy incómodo caminar en un espacio tan pequeño junto a otras 300 personas que van y vienen al mismo tiempo y confesó que le daba asco ese contacto forzado de cuerpos sudados
  • Guillermo nos comentó que siempre que lleva invitados, estos dicen que el hombre mexicano es muy caballeroso. Esta vez no fue la excepción, ella dice que los hombre se desviven por atenderla hasta el grado de inutilizarla, que le halaga, pero que llega el momento en el que le da ganas de gritar ¡Basta!
  • Jonhy actualmente tiene un novio campechano, y comentó que la diferencia entre éste y los canadienses es que el mexicano es mucho más cariñoso, incluso él le hace preguntas del tipo ¿en qué piensas? Ella dice que él es hombre y no debería preguntar ese tipo de cosas
  • Contó que hay una gran diferencia en la forma de ver la familia, en México cuando uno llama a su casa, le cuenta a sus papas cada detalle de todo lo que le pasó en el día, en cambio ella al llamar sólo dice 'Hola, estoy bien, Adiós'
  • Guillermo le preguntó que es lo que más extrañaba y ella dijo que el frío y trabajar, lo que yo hubiera dicho hubiera sido 'mi familia' y definitivamente nunca hubiera pasado por mi cabeza 'trabajar'
  • Le preguntaron, sobre Hugo Sánchez, Ana Guevara y Octavio Paz, no pudo reconocer a ninguno. Le pidieron entonces que mencionara a un mexicano famoso, y dijo Juanes ¡Plop!

Ya no recuerdo que tanto más dijo, se supone que lo grabé, pero apenas y se olle, ¡lástima!

Lo cierto es que confirmó, que somos malinchistas, nos desvivimos por atender a los extranjeros, pero a los nuestros los ignoramos si es posible. Al respecto recuerdo unos versos que marcaron mucho mi vida, tendría unos 8 años y estaría en 3° de primaria, para el día de la raza el maestro nos dio "La maldición de la Malinche" de Gabino Palomares, para mí (no sé para mis compañeros) fue muy fuerte imaginar aquella escena de La Conquista, aquel choque. Me gustó tanto que me la aprendí de memoria inmediatamente y para siempre, en la secundaria se la recité a varios de mis compañeritos y ultimamente la recordé al analizar los traumas del mexicano. La busqué hoy en Internet y descubrí que es una canción interpretada por Amparo Ochoa, también descubrí que seguía fresquecita en mi memoria. Esta es la letra

Del mar los vieron llegar mis hermanos emplumados
Eran los hombres barbados de la profecía esperada
Se oyó la voz del monarca de que el dios había llegado.
Y les abrimos la puerta por temor a lo ignorado.

Iban montados en bestias como demonios del mal
Iban con fuego en las manos y cubiertos de metal.
Sólo el valor de unos cuantos les opuso resistencia
Y al mirar correr la sangre se llenaron de vergüenza.

Porque los dioses ni comen ni gozan con lo robado
Y cuando nos dimos cuenta ya todo estaba acabado.
Y en ese error entregamos la grandeza del pasado
Y en ese error nos quedamos trescientos años esclavos.

Se nos quedó el maleficio de brindar al extranjero
Nuestra fe, nuestra cultura, nuestro pan, nuestro dinero.
Y les seguimos cambiando oro por cuentas de vidrio
Y damos nuestras riquezas por sus espejos con brillo.

Hoy, en pleno siglo veinte nos siguen llegando rubios
Y les abrimos la casa y les llamamos amigos.
Pero si llega cansado un indio de andar la sierra
Lo humillamos y lo vemos como extraño por su tierra.

Tu, hipócrita que te muestras humilde ante el extranjero
Pero te vuelves soberbio con tus hermanos del pueblo.
Oh, maldición de Malinche, enfermedad del presente
Cuándo dejarás mi tierra.. cuándo harás libre a mi gente

Este es un video que encontré en iutub


Está medio aguerdientosa la voz de Amparo, pero vale la pena el video.

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