viernes, 28 de noviembre de 2008

Pájaros


Uno de los mayores placeres de vivir en esta ciudad son los atardeceres. Cualquiera que haya pasado uno en algún parque del centro de la ciudad, o haya caminado sobre la avenida Itzaes a las 6 de la tarde sabe de lo que hablo. A esa hora los pájaros regresan a sus nidos dispuestos a descansar, al igual que miles de yucatecos que están saliendo del trabajo y van camino a casa, es la hora pico, el tráfico está a todo lo que da. El ruido de los pájaros es espectacular, es música, al menos lo es para una romántica como yo.

Cuando tenía 13 años tomé un curso de computación en el centro, por lo que de lunes a jueves al salir de mi clase, esperaba el camión que llevaría de vuelta a casa, en el parque de San Juan, entre pájaros y palomas el panorama visual que se me ofreció cada tarde y durante más de un año me resulta inolvidable. Inolvidables también las 3 ocasiones en que fui "bendecida" con un "regalito" de las palomas, pero eso mejor lo dejo para el anecdotario.

Todos deberían tener la oportunidad de disfrutar de estos asomos de belleza que tiene la naturaleza entre tanta estructura cuadrada y gris. Estoy segura que en cada ciudad del mundo existen situaciones que debido a la cotidianidad se nos han hecho invisibles, pero si abrimos bien nuestros sentidos descubriremos cosas maravillosas.

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