Suerte

La Real Academia de la Lengua define Suerte como el “encadenamiento de los sucesos, considerado como fortuito o casual // Circunstancia de ser, por mera casualidad, favorable o adverso a alguien o algo lo que ocurre o sucede // Aquello que ocurre o puede ocurrir para bien o para mal de personas o cosas.” Otras definiciones nos dice que Suerte es lo que sucede más allá del control de la persona, lo que el psicoanalista Jung llama sincronicidad.

Suerte es una palabra neutra. Por lo cual, al hablar de ella hay que poner el calificativo de ‘buena’ o ‘mala’. Cuando pienso en suerte me imaginó una tómbola enorme con bolitas negras y blancas en dónde las primeras son un premio y las segundas un castigo, las bolitas se ‘sortean’ y te toca alguna. Te tocó, no tuviste control sobre el acontecimiento. Ahora bien, si yo tengo la oportunidad de meter la mano a la tómbola y sacar una bolita (sin ver), entonces ya existiría una relación causa-efecto, pero seguiría siendo suerte pues no existe una explicación racional por la que haya escogido cierta bola y no la de junto. Simplemente esa pasó más cerca de mi mano en ese momento.

Creo que la suerte existe, pero eso no significa que yo deje que ese sea el factor que determine mi vida. Para lograr mis objetivos me esforzaré seré dedicada y decidida, eso nadie lo puede hacer por mí. Dentro de ese proceso me toparé con suerte (buena o mala) que hará que mis objetivos se cumplan más rápidamente o que se retrasen o frustren y entonces habrá que volver a trabajar y esforzarse.