miércoles, 1 de abril de 2009

Sí te ayudo comadre

Mérida es de las ciudades más seguras y tranquilas de México, yo manejo un Datsun 84 y no tiene clima, así que por lo general manejo con las ventanas abiertas con toda la tranquilidad del mundo a pesar de llevar el maletín de mi laptop en el asiento del pasajero. Hoy, cómo todos los días, en un semáforo, un niño se acercó con su botecito del ejercito de salvación a pedir mi amable cooperación, y noté que sus ojos estaban fijos en mis cosas, en un rápido movimiento metió la mano, le quitó el seguro a la puerta (sí, abierta pero con seguro jojo) y la abrió. Sentí que se me paraba el corazón, pero la cerró inmediatamente, me sonrió y me dijo 'estaba mal cerrada señorita', me regresó el color a la cara. Me sentí tremendamente culpable por juzgarlo, y hasta ganas me dio de darle todo el dinero de mi cartera. No lo hice.

Dos lecciones aprendidas. Primero tener más cuidado y no dejar tan a la vista mi bulto (ok eso sonó raro, you know what I mean) y segundo mi admiración a estos niños que logran salir adelante a pesar de todo, porque además el chavito parecía estar atravesando por quimioterapia debido a la finura de su cabello y cejas y aún así estaba a las 3 de la tarde a más de 35 grados 'trabajando' y además preocupándose por los demás. Yes we can

1 cabezitas más:

Charlotte dijo...

Si toda la gente quetrabajara en las calles fuera si este pais ya hubiera progresado

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